12/18/2005

Viva la vida

No te tomes muy en serio.
Quién se toma muy en serio, ignora,
Que la vida misma es una risotada negra,
Una eterna ironía. El sarcasmo de Dios.
Hay que reírse, reírse aunque duelan las costillas.
Reírse aunque exploten veinte bombas,
Bailar, con una sola pierna.
No dejar de andar.
No tomarse muy en serio la vida: el cuerpo es
Sólo carne que duele. El alma, un alucinógeno.
Vivir, como si fuéramos mortales.
Que no nos sorprenda la muerte,
Qué es tan común y corriente.
Qué nos sorprenda la vida,
Golpeando a la puerta.

Queja

Me han otorgado el premio a la más quejambrosa. Exijo una explicación.
Soy víctima de mi estado de ánimo.
De todos mis humores, la indiferencia es la que duele más.

11/11/2005

Me cuesta escribir aquí como en un diario. Supongo que se debe a la inercia de mi vida, a lo poco que en realidad tengo que decir. Últimamente he estado muy deprimida y he pensado en el suicidio, un par de veces. Bueno, en realidad, un poco más que eso. Aunque dudo mucho que me atreviera a hacerlo, lo he pensado y he hasta llorado. ¿Cómo sería todo después?

Estoy en un momento en que las pocas cosas de la vida que me alegraban se extinguen, una a una. En la escuela estoy totalmente bloqueada. Aunque mi diágnostico es que mi estupidez se debe a mi miopía; esto parece acentuarse y empiezo a dudar de mis propias conclusiones. No tengo amigos, y sí, está bien, es culpa mía. Quizás se deba a las cosas vacías de las que hablan los demás, llenos de pretensiones. No soporto eso, lo detesto. Detesto que la gente no tenga ganas de vivir, de disfrutar, de soñar y conocer el mundo. Esta ciudad es tan hostil.

Temo que si sigo así, una de dos: O me enloquezco o me subyugará el vacío. Estoy tan eternamente sola. Pero es una soledad especial, es más que una soledad que se apaciguará con un abrazo. Yo quiero amor. Quiero más que un abrazo: quiero todo. Vuelvo a escribir ambiguamente, lo siento. Lo siento por mi porque no puedo sincerarme, ni decirme la verdad a mi misma. No sé la verdad, o tal vez si, pero descubrirla cuesta un mundo.

Me corto aquí, algo dentro de mi me detiene...

10/31/2005

Perfil

Veo de casualidad mi perfil. Dice que tengo 16 años. Tenía algo que escribir pero ya no tengo nada. Tengo 21, ahora. En realidad...

Wilde decía (si la memoria no me falla) que el escritor tiene que tener algo que decir. O algo así. Me parece que las canciones o los poemas son el mejor vehículo de comunicación: Exigen simpleza, ritmo, belleza y son fáciles de recordar. Leo a Borges, en "Ajedrez": "Dios mueve al jugador, y este, la pieza. / ¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza, / de polvo, tiempo, sueño y agonías?"
Me gustan las conjeturas de Borges. Tal vez la literatura sea salvar algo de lo ordinario. Sí, escribir de amor, sueños, sexo, lo que sea, pero de un modo poco común, salvandolo de lo ordinario. Eso es todo. La historia es la misma en esencia, pero al final la historia no importa: el fin no importa, importan los medios, el transporte.

10/10/2005

No comerás sangre. Comerás mierda.
El infierno es una excusa para hacernos creer que aún se puede caer más bajo que esto.

5/18/2005

Ayer

Ah, el final del semestre. Por fin. Ayer Javier y yo salimos de la "fiesta" que le hicieron a la profesora, para la cual las Dominicanas pidieron a cada uno cinco dólares. Y supongo yo que los habrán gastado en teñirse el pelo. La comida no fue memorable. La música tampoco. Nada fue memorable. Dulce me abrazo y me dijo: "J, mi geniecilla, mi doctora". Si supiera el miedo que le tengo a todo, si supiera también que no tengo ideas con mordiscos, ni un plan concreto.

Salimos del edificio triangular Javier y yo: él sin un plan y yo con ganas de callejear. Cho se quedó atrás, terminando todo el trabajo acumulado. Nos fuimos, entonces, rumbo a Times Square a ver una película. El Subway, como cualquier tren en Nueva York, suciamente melancólico y bañado en lagrimas. Llegamos. Salimos. Nos reciben las luces y el espectáculo, la masa gorda de abrigos negros y huesos largos.

No fuimos a ver película. No me apeteció ninguna. No me apeteció la idea de no hablar por dos horas. Decidimos andar hasta la calle Koreana, por allá en la treinta dos. Korea, Korea, Korea. El paraíso terrenal. Tomamos dos cervezas cada uno--miento, miento, le di un poco de la mía a Javier--y hablamos de todo. Me divertí, pero eso suena tan banal. Esto si fue memorable.

Javier confiesa que le gusta estar aburrido. En fin, por haber dicho eso se merece una paliza. A mi se me ocurre que como es posible que una ciudad tan fea sea tan famosa. Llegamos a una tienda de camisetas. Abundan las de "I Love New York". Le digo a Javier: "Todos amamos a Nueva York. Ahora mismo la estamos odiando, pero si estuvieramos lejos de aquí la extrañariamos." Dice él que no se extrañaría la ciudad en si, sino otras cosas. Opino igual. Y amo a Nueva York.

3/24/2005

Odio

Sólo el odio no delira ante la pereza eterna. No es tan débil como el amor, ni como la alegría, ni como las ganas de vivir. El odio es y será, eterna lucha caliente.

1/26/2005

Enemigos.

¿Ja, y qué esperabaís? ¿Una sonrisa incrédula, una hipócrita mueca, qué en la cara se me vea la duda? Os doy esto: Carcajadas maldicientes, podridas como pan viejo y desmoronables como el mismo. ¿Que creiaís? ¿Que me ahuyentariaís como perros mojados la razón de ser, la creatividad, la vida misma? Cuán equivocados estaís, cuán ingenuos: ni el sueño más real y mojado, ni el más paralizador ni el más aterrorizante conseguirán arrebatarme tan poco. Ni esos fantasmas olfatearán mi miedo porque, aunque no parezca, yo ya estoy lejos, muy lejos. Apareceís en mis sueños, con desdén y con casí el mismo descaro de cuando aparecisteís en vida, queriendo confirmarle, a alguien a quien no le interesa, vuestro supuesto control sobre las cosas. Olvidaros es difícil: vuestro único poder es el de ser insoportables. Y eso es algo que nadie quisiera olvidar, sólo para detectarlo alguna vez y destruirlo en el futuro. A vosotros mucha merde y que seaís muy felices.

1/25/2005

Primer Mandamiento

1. Desconfía de las personas que quieran ganarse tu lástima.