12/30/2004

No es depresión; es una ansia, un afán, una angustia. Es el tiempo vacío, las horas pintadas transparente o lanzadas a un pozo a tal velocidad que es imposible verlas. Al fondo del pozo: negra incertidumbre.
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Incluso a la amistad la persigue el espectro del sexo.

12/25/2004

Dos Heineken. La botella me recuerda ahora las cintas viejas y desgastadas en las que se reproducen imagenes verdes, como filmadas por debajo del agua. Despegué la etiqueta despacio, procurando no rasgarla y ésta colaboró eficientemente. La miré y traté de determinar de qué país era la cerveza; luego me rendí cuando reconocí que no me interesaba. Bebí--que era lo único que quería hacer--y al final de un último sorbo, saboreé mi embriaguez. Me levanté, los pantalones flojos y ligeros, y bailé. No estuve sexy: llevaba un suéter rojo, el cabello corto, atado hacía atrás, del cual sólo unos cuantos mechones escapaban. Sólo mi independencia y mi típica alienación me iluminaron. Bailé con las energías que me faltan para tantas otras cosas y disfruté cada guitarra, cada tambor, cada ducha de voz. Éramos sólo yo y mi alegría perfecta y no había nadie más.

11/10/2004

Reflexiones en América

América vive infectada de un espirítu capitalista que abarca cada una de sus extremidades. Es un país que vive una dualidad: El idealismo y la realidad, o la hipocresía. Se divide entre la revolución y la moda para los liberales falsos, y entre la conveniencia y el odio para los conservadores falsos. Las escuelas se llenan de proyectos de activistas que usan, flamantemente, la camiseta del Che Guevara con unos pantalones Gap. Vaya epifanía: país de ignorantes literales, de indiferentes a propósito, de egoístas increibles. No se es racista porque ser racista es considerado malo. Se es, entonces, hipócrita, que es más ambiguo e indefinible.

En América tuve, efectivamente, mi primera epifanía:
Un frente de pendejos crece y se levanta cada día, en cada país, como el inconcebible ejército patriota e idiota que cada dictador quisiera tener a su disposición. El mundo ha sido así siempre, siempre lo será. Los intelectuales, son entonces, la única salvación para aquellos que buscan ser salvados. Pero ojo, no los intelectuales como Rousseau, por ejemplo, que apelan alegremente a los sentimientos y a los impulsos. Los impulsos son hipócritas; el amor es, por naturaleza, falso y el instinto es terriblemente manipulable, al punto de llevar a los humanos de un extremo al otro. La moderación y el balance es cien veces preferible pero cien veces menos probable.

Y América es la gran puta que abraza fervientemente la palabra libertad. Y la repite en cada comercial de Mc Donalds hasta el cansancio. No, no hay solución, y al decir esto se sabrá que no estoy siendo radical. Son los hechos, sólo los hechos. La revolución será inútil, como todas las revoluciones. La insurrección, una pérdida de tiempo. La verdadera rebeldía debe ser escrita o pintada. No para liberar a las masas o para movilizarlas sino para conmover al individual. Para que piense por si mismo. Para nada más.

10/21/2004

Naturaleza Humana

En la pantalla gigantesca del teatro aparece la imagen de un cura caminando entre cadáveres. Levanta la mirada y tiene una visión absoluta: Se da cuenta de que está caminando entre cadáveres. Ve, en la lejanía, más y más cadáveres, montañas de cuerpos ensangrentados, todos muertos. Y no puede soportarlo, es demasiado.

El infierno de Hobbes: La naturaleza humana paseando en la ambiguedad de la absoluta libertad. La eterna lucha de la esencial maldad contra la esencial bondad. El hombre en medio, víctima de la más fácil y asesino de la otra. La razón, ahora casí inexistente, que alguna vez sirvió de balance muere junto a la bondad. Nunca el mundo será el mismo luego del Holocausto, por ejemplo. Ya sabemos que no hay límites para nuestra locura. Y eso no es deprimente, es aterrorizante.

10/18/2004

Amargura

Amargura: El arrepentimiento en su estado más cruel e inolvidable. Constante, como un techo inundado y una gotera.

Conformismo

El conformismo es siempre platónico. No tener lo que se quiere pero atribuir a esto o aquello las cualidades de lo soñado. Inventarlas, creer encontrarlas. Engañarse a propósito. Inyectarse amargura.

10/17/2004

Intención

La intención es una corriente subyacente, que de ser sincera y ruidosamente confesada, nos dejaría a todos en eterno ridículo.

Idealización

Lo ideal es inalcanzable, sin embargo nos satisface de un modo casi sexual a través de la contemplación. Pero el que idealiza no es ingenuo, al contrario, entiende perfectamente la realidad y por lo mismo extiende la idealización hasta su límite máximo. Tampoco es perfeccionista, a veces el ideal es considerablemente imperfecto. Pero bello, sin embargo, en su idealización. Dios es una idealización.

9/20/2004

De las cosas

Nada sirve. El microondas es lento, el agua quema, la sal se riega, todo se cae. Las piernas duelen, el cerebro no piensa, la impresora no imprime, la lengua se enreda.

9/15/2004

Ansiedad

La ansiedad es terriblemente ambigua. No sabemos si lo que queremos es sexo, un golpe, tal vez algo doloroso, como arrancarnos los dientes. No sabemos si es un presentimiento o un simple invento nuestro. No sabemos que hacer, no nos sentimos seguros. Envidiamos y luego vomitamos sobre lo envidiado. Luego queremos otra cosa. Pero volvemos a lo mismo. La ansiedad es un cagada perdida de tiempo. La muy maldita.

9/12/2004

Felicidad

Cuando la felicidad ha estado demasiado tiempo ausente, es tan fácil de reconocer como el mismo sol.

9/01/2004

Romaní

Entran las trompetas por mis orejas, se funden dentro y caen hasta mis pies. El calor me hace brincar, mover las caderas y hasta cantar en Yugoslavo. Consecuencias de oir a Goran Bregovic hasta el cansacio. Como hay de cosas en las que son inecesarias las palabras, en la que se captura el lenguaje universal de la raíz de donde brotó el todo. Duende, como se le llama. Llama romaní.

El rencoroso olvido

El olvido es un fuego flojo. Medio duele, medio no. Es aburrido, es fuerte y a veces increíblemente insoportable. Desearíamos no tener nada que olvidar, jamás haber encontrado esto o aquello, no sentir nostalgia o culpabilidad al toparnos con las cosas, malditos recordatorios de la nada. Hay unos que se niegan a olvidar, insisten entusiastamente hasta, quien sabe cuando.
Uno olvida siempre. Hasta esas cualidades que creemos innatas desaparecen, cada día la estupidez, la cotidianidad, la degradación se apoyan más profundo en nuestro hombro y, efectivamente, pesan más hasta hacerse insoportables. Pero el tiempo es como el polvo con las cosas, las destruye pacientemente, hasta dejarlas inútiles. Y éste no olvida su promesa de justicia e igualdad con todo y con todos, nos olvidarán, olvidaremos y vendrá la muerte, sinónimo del olvido.

8/23/2004

Libertad

La libertad aparece como un símbolo dorado. Al escapar de la cárcel no la encontramos, quizá la idealizamos y ahora nos resignamos. El tiempo, medida de peso insuperable, destruye nuestra pena y nosotros creemos otra vez en la vida. Pero la libertad ha de ser eterna, y nosotros, víctimas del tiempo, no alcanzamos a agarrarla con la mano, nos caemos siempre. Tal vez el fango espeso de la muerte signifique libertad.

8/18/2004

La belleza

No tengo nada en mi cabeza. Para qué mentir, nada que decir. Rara vez sentí algo positivo, siempre abundaron las sombras. Miento, alguna vez fui feliz. Pero la belleza es tan personal que es imposible describirla, explicarla a otros. La confundirán, como siempre, con la cursilería. Además no tengo el encanto ni el talento para hacerla sentir. La pierdo, como una moneda en el desierto.

El Horror

Cuando era más joven, cualquier ruido en la noche podía hacerme desmarañar la peluca rara que es mi imaginación. Imaginaba a un estereotipo de diablo, en la oscuridad, saliendo del pasillo del fondo. Temblaba, sudaba. Me fascinó Rasputín desde que mi profesor de historia, con mirada sombría, nos habló de él. Soy joven. Temo a los fantasmas y cosas así. A las cabezas rotas, a las desfiguraciones, a los fetos, a las pistolas, al vómito, a las violaciones, al peligro, al dolor.

La felicidad tiene tantas caras, pero el horror es siempre el mismo para todos. Parece que debajo de la razón inventada, de la democracía Griega, de los filósofos, de Jesús o Buda hay una razón verosímil, una pista de la existencia de Dios.

Prejuicio

La naturaleza del prejuicio. De los conceptos mejor guardados y perfeccionados por el hombre. Tanto que debería haber escuela del prejuicio; curso uno: De como irritarse fácilmente. Curso dos: Del racismo absolutista. Curso tres: Rechazo a personas sin dientes, cojas o tuertas. Curso cuatro: Teoría para aniquilar la conciencia. Curso cinco: De cómo disfrazar sus prejuicios con misantropía.

La palabra misantropía es nueva para mí. Apenas obvio: Querer darle nombre a mis fracasos, a los atracos, a las guerras y violaciones. Culpar a los hombres y es que ¿A quién más? Pero, pienso yo, el misántropo ha de saber que sus dardos infectados de prejuicios deben, primero que todo o nada, ir dirigidos hacia el espejo.

7/20/2004

El período

No es ningún misterio la regla. Sin embargo, es bastante franca, humana y cruda como para ser discutida, siquiera considerada, siquiera pensada. Intelectual o estéticamente no vale, no interesa. Da asco, es rechazada. Sin embargo, es el acercamiento más real que alguien puede tener con su cuerpo: No podremos acariciarnos el higado, descifrar la marcha del corazón, apretarlo fuerte, sangriento, tocarnos un hueso. Pero podremos experimentar la regla, un acercamiento con la vida.  Luego de esto podremos odiarla infinitamente y esperar a que nos llegue una menopausia prematura.

7/19/2004

La habitación

La que ahora es mi habitación una vez fue parte del comedor. Es decir, han divido el comedor de modo que hay dos cuartos y uno es mi habitación. Me separaron de mi cuarto anterior, el que incomodamente compartía con mis dos hermanas y me  han puesto aquí, como dije antes, al lado del comedor. Me gustaba al principio, cuando era mi habitación. Poco a poco empezó a ser una extención del comedor y menos mi habitación. Todos entran, todos salen. Mis cosas, tan personalmente bautizadas, no valen más, no importan más. Mi baúl pintado con la Alhambra está olvidado, mis cuadros, inacabados. He descubierto que la mediocridad tiene dos caras. Una, hacer las cosas muy bien, pero no terminarlas. Y otra, terminar las cosas, pero mal hechas.

7/16/2004

La evolución

¿No resultan insoportablemente inútiles las cucarachas? Tal vez no sean inútiles por naturaleza, sino por impotencia.  Serán un error del ciclo preciso de la naturaleza; unas criaturas segregadas del sistema de balance que conocemos como cadena alimenticia. Algo así como los hombres en este mundo sobrepoblado: Sobrevivientes de nada, sin dinosaurios que nos coman. Aún siendo hombres sabemos, como buenos animales que somos, que el hombre está al tope de la cadena y es pisado por otro animal: El hombre.  Y esto no es misantropía, es tener asco de las cucarachas.

Desayuno

Tener desayuno por la mañana se oye demasiado arrogante.  Entretener al estomago mañanero, doloroso y hambriento con cualquier galleta que se come, chupa y aplasta conta sus paredes, ansioso, se llama piedad.  Pero tener desayuno no. No "vamos a desayunar", no. No hay huevos, ni jugo de naranja, ni brownies con fresas, ni un capuccino. Sólo una galleta para entretener al hambre por un rato y jugar con el estómago, como jugar con un niño.
 
El vientre es otra cosa. Desde que este vacío esta bien. Pero no es un buen colaborador cuando la paranoía, las sospechas y el sexo que se tuvo -irrecordable ya- se personifican en angustia: Se revuelca, empieza a latir, se asusta, de repente se frena de su girar incontrolable y se queda pensando. Es un vientre de naturaleza dramática: no soportaría ningún intruso dentro suyo. Lo miraría con todos los ojos de sus paredes, abiertos de par en par, incrédulos e incapaces de contraerse y de tocar con sus propias pupilas el frijol que crece.