4/02/2011

Nacionalismo.

La gente, por bien suyo y de los demás, debe salir de su país, física y espiritualmente. No me conmueven las tragedias abanderadas. La tragedia es y punto; en África, en Latinoamérica, en Asia, en el patio de atrás. Detesto cuando la gente compite en la carrera del sufrimiento y lo peor, esperan ganar.
Que entienda el que quiera entender. No sé explicar mis palabras y no sé si este mal proviene de no entender a los demás. Hay una suerte de ruptura, un cable roto en la corriente de la comunicación. Digo bobadas, ¿suenan bien? Bah, que sean entonces. Me arrepiento después. Me duele. Luego ya no me importa. Me digo: "Eres débil, otra vez". Es una certeza que debo aprender a aceptar. ¿Será mi falta de imaginación? ¿Será el haber perdido el sentido del humor? Extraño a J.M. porque él podría encontrarse cerca, y entender.

Lo difícil de escribir es que el autor se tiene que crear a sí mismo primero, desde la dignidad. Desde un ego, real o imaginario, cierto o falso. Lo que importa, como me aconsejaron para aprender a tocar guitarra, es "creérsela". Pero para creerse escritor primero hay que creerse persona y la persona se crea en la soledad. Esa cosa que no sabía como se llamaba hasta que alguien me dijo que se llamaba "vida interior". Eso.