1/26/2005

Enemigos.

¿Ja, y qué esperabaís? ¿Una sonrisa incrédula, una hipócrita mueca, qué en la cara se me vea la duda? Os doy esto: Carcajadas maldicientes, podridas como pan viejo y desmoronables como el mismo. ¿Que creiaís? ¿Que me ahuyentariaís como perros mojados la razón de ser, la creatividad, la vida misma? Cuán equivocados estaís, cuán ingenuos: ni el sueño más real y mojado, ni el más paralizador ni el más aterrorizante conseguirán arrebatarme tan poco. Ni esos fantasmas olfatearán mi miedo porque, aunque no parezca, yo ya estoy lejos, muy lejos. Apareceís en mis sueños, con desdén y con casí el mismo descaro de cuando aparecisteís en vida, queriendo confirmarle, a alguien a quien no le interesa, vuestro supuesto control sobre las cosas. Olvidaros es difícil: vuestro único poder es el de ser insoportables. Y eso es algo que nadie quisiera olvidar, sólo para detectarlo alguna vez y destruirlo en el futuro. A vosotros mucha merde y que seaís muy felices.

2 comentarios:

Paty dijo...

Vaya! Qué manera de plantear enojo y al mismo tiempo retar a tus "enemigos"...

Mil gracias por tu comentario y sobretodo por darte tu vuelta por mi blog, bienvenida cuando quieras.

Luis Ricardo dijo...

schuss, demonios!