9/24/2011

Noches solitarias como ésta, me acompaña tu fantasma mudo. Entras y sales por mi puerta, vienes y te vas. No dices nada. Yo ya casi te olvido. Estoy a punto. Ya eres casi todo etéreo y nada de carne; ya casi es todo tu cuerpo sólo un recuerdo. Ya olvidé tu aliento, tu piel tostada, tu acento. Pero abro las manos y mido tu altura perfecta, palmo a palmo. Y acaricio la textura dura de tu pelo corto. Intento recordar: me ato a las palabras, las enredo en mis dedos y antes de despertar sueño con tomarte en mi boca. Olvido mis torpezas y queda, depurado y desnudo, sólo el deseo. No quiero olvidar. Quiero tenerte todo en mi cabeza.

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