1/03/2012

INVIERNO
Deseo escuchar el silencio de la noche, porque el silencio es algo positivo de escuchar. No puedo caminar tapándome las orejas. Debo quedarme quieto y escuchar con los oídos atentos, lejos del ruido del pueblo, que la noche haga su impresión en mí. Un silencio fértil y elocuente. A veces el silencio es meramente negativo, un desperdicio árido y yermo en el cual me estremezco, donde no crece la ambrosía. Debo escuchar los susurros de una miríada de voces. Sólo el silencio es digno de escucharse. El silencio es de varias profundidades y fertilidad, como la tierra. Ahora es un mero Sahara, en donde los hombres mueren de hambre y de sed, ahora un fondo fértil, o pradera, del oeste. Mientras me alejo del pueblo, acercándome más al bosque, escucho de vez en cuando a los perros del Silencio aullándole a la Luna para saber si están sobre la pista de algún juego. Si no hay Diana en la noche, ¿cuánto vale? ...El silencio reverbera; es musical y me estremece. Una noche en la que el silencio era audible. Escuche lo indecible.

Henry David Thoreau.

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