8/31/2011

Del marica resentido.

Siempre que conozco un personaje detestable pienso en la canción de Bob Dylan "Positively 4th St". Sobretodo en esa parte que dice "Me ves en la calle y actúas sorprendido. Me dices 'adiós, buena suerte!' pero sin sinceridad. Cuando lo que en realidad quisieras es verme paralizado, ¿por qué no te revelas de una vez y lo gritas a voz viva?". Y claro, si mi vida fuera un musical (un tipo de tragicomedia absurdista) yo continuaría con una de los Smiths y añadiría desafinadamente: "¿Por qué le sonrío a gente a la que en realidad preferiría escupir?".

8/30/2011

"¡La hora del encuentro había llegado! Pero ¿realmente los pasadizos se habían unido y nuestras almas se habían comunicado? ¡Qué estúpida ilusión mía había sido todo esto! No, los pasadizos seguían paralelos como antes, aunque ahora el muro que los separaba fuera como un muro de vidrio y yo pudiese verla a María como una figura silenciosa e intocable... No, ni siquiera ese muro era siempre así: a veces volvía a ser de piedra negra y entonces yo no sabía qué pasaba del otro lado, qué era de ella en esos intervalos anónimos, qué extraños sucesos acontecían; y hasta pensaba que en esos momentos su rostro cambiaba y que una mueca de burla lo deformaba y que quizá había risas cruzadas con otro y que toda la historia de los pasadizos era una ridícula invención o creencia mía y que en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Y que en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingneuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entrevisto el espectáculo de mi insalvable soledad o le había intrigado el lenguaje mudo, la clave de mi cuadro. Y entonces, mientras yo avanzaba siempre por mi pasadizo, ella vivía afuera su vida normal, la vida agitada que llevan esas gentes que viven afuera, esa vida curiosa y absurda en que hay bailes y alegría y frivolidad. Y a veces sucedía que cuando yo pasaba frente a una de mis ventanas ella estaba esperándome muda y ansiosa (¿por qué esperándome? ¿y por qué muda y ansiosa?); pero a veces sucedía que ella no llegaba a tiempo o se olvidaba de este pobre ser encajonado, y entonces yo, con la cara apretada contra el muro de vidrio, la veía a lo lejos sonreír o bailar despreocupadamente o, lo que era peor, no la veía en absoluto y la imaginaba en lugares inaccesibles o torpes. Y entonces sentía que mi destino era infinitamente más solitario de lo que había imaginado".

Ernesto Sábato, El túnel.

8/27/2011

Bajo el puente de hierro nos besamos
y aunque quedé con labios adoloridos
simplemente no fue como en los viejos tiempos.
No fue como en esos tiempos,
¿Estaré enfermo aún?


Los Smiths.
Bocaza, lalalalala, bocaza,
Bocaza vuelve a atacar
y no tengo derecho a tomar mi lugar
con la raza humana.


Los Smiths.

8/23/2011

Mucho gusto, Abulia.

Me llamo Abulia. No me muevo, no me río. Pero me desgajo, me estallo, me parto, me quiebro. Todo sin pestañear, sin titubear, sin pensar siquiera. Sin levantarme de la cama. Los escritores son inventores ––dice Abulia–– pero yo sólo sé morderme las uñas con mesurada y contenida angustia. Qué no daría yo --musita Abulia-- por derramarme por ahí y seguir con las agonías de la vida viva. Lo prefiero -- comenta Abulia-- a quedarme en cama pensando en fantasmas que he despedido y que al abrazarme apretaron todos mis pedazos rotos. A los que ofrecí mi lengua de arena y los que besaron en mí al vacío. A los que sondeé cuando no me miraban y de los que me escondí cuando lo hacían. Soy Abulia, de pupilas huidizas; la que ha hecho de su cuerpo, a la vez, un altar y un cenotafio.

Virginia 5.8.

Gracioso egoísmo: tiembla la tierra en Nueva York y todos pensamos que se acaba el mundo. No se acabó después de Hiroshima, no creo que se acabe justo ahora.

8/22/2011

BCN.

CORO DE BRUJAS: «Líbrame, oh poderosa prudencia, líbrame de amar sin esperanzas, pues es locura»
CORO DE PRIMOS: Ya no volveré a mi casa, donde mi madre me espera siempre llorando, más abajo de la mata de higuillos. Ni me asomaré más nunca al pozo, porque tengo miedo de verme como aquella vez: allá en el fondo. Ya no iré más a la casa. Ni buscaré más nunca una lata de agua. Ni le haré caso al abuelo cuando me mande a trancar los terneros... Ahora me voy a tirar aquí, sobre la yerba llena de abujes, a esperar que vengan los aguaceros, y me lleven bullendo hasta el sitio donde dicen que él se tiró, para ahogarse...
CORO DE TÍAS: Ay, ay, la última vez que lo vieron dicen que andaba desnudo.
ABUELO: Ay, ay. Y con los pies en carne viva.
LA MADRE: Ay, Ay. Y escribiendo sin cesar.
CORO DE BRUJAS: «No me podré dormir antes del alba.
Esta mañana tengo la dicha de su pensamiento.
Mi soledad se ha poblado de mil presencias».

De Celestino antes del alba de Reinaldo Arenas.

8/13/2011

¿Qué buscamos detrás del cuerpo? ¿Descubrir qué? Cuando nos subimos sobre el otro, cuando creamos y escalamos los rudimentos para que nos apuñalen, cuando nos abrazamos y nos mordemos, ¿qué hay detrás del contacto más íntimo? No es placer. Es... llegar a un lugar diferente, a una sensación nueva, a una certeza original. El descubrimiento es difuso y, a la vez, con definidas espinas. Me gusta pasar los dedos por esas espinas. No hubiera viajado tanto por algo menor a eso.

8/11/2011

El lado oscuro de la luna.

Me doy cuenta de que constantemente estoy intentando mostrar otro lado de mí.

8/06/2011

Eraserhead.

¡Que gesto más angustioso el del hombre de cabeza de borrador! ¡Que terror ante la vida putrefacta, ante la vida de las llagas, del pus, de los fluidos! ¡Que ansia de existir solo y en paz! La carne viva le aterra, la fealdad de lo perecedero, el horror del ente antropomorfo que gime... al final todo se vuelve partículas de borrador flotando en el aire. Y en el cielo todo está bien.