1/12/2012

Como si la imbecilidad por si misma no bastara, también hay de esos que tienen que llenar el aire con el ruido del televisor (aunque no lo estén mirando) y además, el ruido del computador (en el que están mirando programas pendejos). Para acabarle el moribundo ánimo a uno.

1/09/2012

Melancolía

Lars Von Trier recordándome mi propia mortalidad.

1/03/2012

INVIERNO
Deseo escuchar el silencio de la noche, porque el silencio es algo positivo de escuchar. No puedo caminar tapándome las orejas. Debo quedarme quieto y escuchar con los oídos atentos, lejos del ruido del pueblo, que la noche haga su impresión en mí. Un silencio fértil y elocuente. A veces el silencio es meramente negativo, un desperdicio árido y yermo en el cual me estremezco, donde no crece la ambrosía. Debo escuchar los susurros de una miríada de voces. Sólo el silencio es digno de escucharse. El silencio es de varias profundidades y fertilidad, como la tierra. Ahora es un mero Sahara, en donde los hombres mueren de hambre y de sed, ahora un fondo fértil, o pradera, del oeste. Mientras me alejo del pueblo, acercándome más al bosque, escucho de vez en cuando a los perros del Silencio aullándole a la Luna para saber si están sobre la pista de algún juego. Si no hay Diana en la noche, ¿cuánto vale? ...El silencio reverbera; es musical y me estremece. Una noche en la que el silencio era audible. Escuche lo indecible.

Henry David Thoreau.

Médulla

Dopamina, te odio.

1/01/2012

Viejos: ¿Por qué lloráis cuando termina el año? ¿Lloráis porque seguís equivocándoos o lloráis porque seguís sufriendo los efectos de vuestros errores? Justo hoy decidisteis, dadivosos, regalar un abrazo a aquel que nunca abrazáis. Decidme, lloráis por cumplir? ¿Por qué no lloráis los otros días? ¿Por qué os imagináis felicidades en otros lugares, en otras personas, en otras circunstancias? ¿Lloráis porque no aceptáis vuestra miserable vida? ¡Tontos! Erráis a propósito, erráis con conciencia y luego lloráis, lloráis porque no pudisteis escoger bien o porque vuestros caprichos os cegaron, porque bebiste la sangre de otros que ya no os quieren y ahora lloráis soñando que otros, en otro lugar, os podrían querer. ¡Justo hoy necesitáis amor! ¡Justo hoy! Cuando los otros días fuisteis usureros con vuestro cariño, cuando olvidasteis construir los caminos, cuando quemasteis todos los puentes.

Pero todavía tenéis lágrimas; todavía el corazón no se ha cansado de sentir, ni de soñar. Seríamos todos más felices con un poco menos de imaginación, se entiende, pero seguís sufriendo por los mundos en vuestras cabezas, por castillos de arena.

Yo sigo mitificando, googleando modos de suicidio sin dolor, siempre recordando, re-recordando, moldeando mi fantasía del día que será la misma del siguiente día. De vez en cuando masturbándome, de vez en cuando imaginando caricias en el pelo y en la espalda. Deprimiéndome cuando veo que mi carrera no va a ninguna parte y que mi vida es una eterna sala de espera. Paralizada, desconectada de cuerpo y cabeza. Mutilada emocionalmente, desmotivada, sin pintar ni diseñar nada. Sin hacer grandes murales. Tocando las mismas canciones en la telecaster y leyendo sólo para encontrarme en esas líneas y gritar triunfante "¡Eureka!". Eureka que no estoy tan sola, eureka que otros pueden sentir mucho mejor, mil veces mejor, lo que yo estoy sintiendo ahora.

No quiero perder tanto tiempo probándome zapatillas a ver cuál me queda; a ver cuál abriga mis pies mejor. No sé si quiero un minotauro salvaje en mi vida. Sé que no quiero un hijo. Sólo quiero sentir, sentir in-ten-sa-men-te y estar en la realidad.