Es una mala señal pretender que la vida real se compare con los sueños. Ambas cosas deben de vivirse como lo que son: caras opuestas de la -patética- existencia humana.
No, no soy normal. Lo cual tampoco significa nada especial. Y de todos modos, no quisiera ser normal. Nunca nadie normal hizo nada importante. Yo quiero hacer algo importante aunque fracase, quiero fracasar con elegancia.
2 comentarios:
Es una mala señal pretender que la vida real se compare con los sueños. Ambas cosas deben de vivirse como lo que son: caras opuestas de la -patética- existencia humana.
Jajaja. Yo, en realidad, no pretendo nada.
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